Donde hay amor no hay miedo
Así que la solución ante el miedo es conectar con la fuente de amor que hay dentro de nosotros. Esto es muy difícil cuando en zonas de mi cerebro que son pre-conscientes (es decir que actúan antes de que pueda ser conscientes de ellas) hay grabadas instrucciones de peligro ante una serie de cosas porque cuando aparecen esa serie de cosas el miedo se dispara y no lo podemos controlar conscientemente. En esos casos es necesario hacer una psicoterapia que nos ayude a limpiar esos miedos y nos permita tener un control consciente de nuestro cuerpo y a partir de ahí entrar en contacto con el amor.
¿Y cómo entramos en contacto con esa fuente de amor? la mayoría de la gente busca esa sensación de amor a través de la relación con los demás, buscamos el amor fuera y cuanto más lo buscamos fuera más dependemos del exterior y más nos alejamos de nuestra propia fuente, en palabras de Shanon, somos la presencia viva divina. Así que el camino más directo hacía el descubrimiento de esa fuente de amor es la meditación. Sólo desde el silencio podemos superar los engaños de la mente (que por mucho que nos quiera proteger a veces el remedio es peor que la enfermedad) y entrar en conexión con la Unidad a la que todos pertenecemos. Concepto que aunque parece muy espiritual es en lo que está trabajando la física cuántica, al fin y al cabo no dejamos de ser partículas en vibración que cuando vibran en una frecuencia de onda son materia y en otra son aire (el mejor ejemplo es la expresión de moléculas de agua según la temperatura: hielo, agua o vapor).
Así que la solución está en nuestras manos, no es fácil pero es accesible para todos. Entremos en contacto con el amor dentro y todos los miedos desaparecerán. Estemos presentes y el miedo (imaginar que el futuro tendrá más cosas malas que buenas, algo imposible desde los últimos avances de la física que nos enseña que todo el Universo está en perfecto equilibrio) se desvanecerá. Y si viene el miedo en vez de luchar contra él, que provocará más miedo, abrámonos ante esa realidad tan humana y amemos nuestro miedo, porque si donde hay amor no hay miedo, amar al miedo parece la manera más rápida de resolverlo (aunque también la más difícil).
Y, por cierto, ¿tu riñón eres tú? ¿forma parte de ti? parece evidente que si, aunque en este momento no tengamos capacidad de comunicación con él sabemos que está ahí y cumple su función. Qué no sientas el riñón no significa que no esté ¿no? pues quizá decir que no existe esa presencia viva divina dentro de nosotros sólo porque no podamos contactar con ella sea un poco atrevido ¿no crees?
Así que la solución ante el miedo es conectar con la fuente de amor que hay dentro de nosotros. Esto es muy difícil cuando en zonas de mi cerebro que son pre-conscientes (es decir que actúan antes de que pueda ser conscientes de ellas) hay grabadas instrucciones de peligro ante una serie de cosas porque cuando aparecen esa serie de cosas el miedo se dispara y no lo podemos controlar conscientemente. En esos casos es necesario hacer una psicoterapia que nos ayude a limpiar esos miedos y nos permita tener un control consciente de nuestro cuerpo y a partir de ahí entrar en contacto con el amor.
¿Y cómo entramos en contacto con esa fuente de amor? la mayoría de la gente busca esa sensación de amor a través de la relación con los demás, buscamos el amor fuera y cuanto más lo buscamos fuera más dependemos del exterior y más nos alejamos de nuestra propia fuente, en palabras de Shanon, somos la presencia viva divina. Así que el camino más directo hacía el descubrimiento de esa fuente de amor es la meditación. Sólo desde el silencio podemos superar los engaños de la mente (que por mucho que nos quiera proteger a veces el remedio es peor que la enfermedad) y entrar en conexión con la Unidad a la que todos pertenecemos. Concepto que aunque parece muy espiritual es en lo que está trabajando la física cuántica, al fin y al cabo no dejamos de ser partículas en vibración que cuando vibran en una frecuencia de onda son materia y en otra son aire (el mejor ejemplo es la expresión de moléculas de agua según la temperatura: hielo, agua o vapor).
Así que la solución está en nuestras manos, no es fácil pero es accesible para todos. Entremos en contacto con el amor dentro y todos los miedos desaparecerán. Estemos presentes y el miedo (imaginar que el futuro tendrá más cosas malas que buenas, algo imposible desde los últimos avances de la física que nos enseña que todo el Universo está en perfecto equilibrio) se desvanecerá. Y si viene el miedo en vez de luchar contra él, que provocará más miedo, abrámonos ante esa realidad tan humana y amemos nuestro miedo, porque si donde hay amor no hay miedo, amar al miedo parece la manera más rápida de resolverlo (aunque también la más difícil).
Y, por cierto, ¿tu riñón eres tú? ¿forma parte de ti? parece evidente que si, aunque en este momento no tengamos capacidad de comunicación con él sabemos que está ahí y cumple su función. Qué no sientas el riñón no significa que no esté ¿no? pues quizá decir que no existe esa presencia viva divina dentro de nosotros sólo porque no podamos contactar con ella sea un poco atrevido ¿no crees?