Frágiles llegamos al lugar de los encuentros.
Esperanzados de algo mejor a lo existente;
cargados, cansados y enfermos de mundo,
de vida con su pesado equipaje.
Sedientos de amor, de cobijo, de hermandad,
entre un sopor de irrealidades, llegamos a lo concreto.
Frágiles en medio de todos,
que poco a poco nos hicieron suyos,
que nos unimos, y fuimos uno.
que poco a poco nos hicieron suyos,
que nos unimos, y fuimos uno.
Cantando canciones tomados de las manos;
no había sospechas, ni desconfianzas, ni egoísmos,
el amor fue la llenura que lo cubrió todo.
Y nos hicimos fuertes, nos hicimos hermanos.
Todo era perfecto, todo estaba tranquilo.
no había sospechas, ni desconfianzas, ni egoísmos,
el amor fue la llenura que lo cubrió todo.
Y nos hicimos fuertes, nos hicimos hermanos.
Todo era perfecto, todo estaba tranquilo.
La sonrisa iluminaba nuestros rostros,
estábamos cubiertos, protegidos y amados.
estábamos cubiertos, protegidos y amados.
...Entonces...
¿Quién nos hizo pedazos?
y rompió la seguridad que nos resguardaba,
quién levantó la mano para romper nuestra fragilidad,
que comenzaba a hacerse fuerte.
Los fragmentos rotos, esparcidos por el suelo,
y un dolor punzante que hoy lo cubre todo.
¿Quién fue tan insensible ante los débiles?
¿Quién fue el fuerte que pisó nuestra comunión con los demás?
Que nos apartó con su mano poderosa,
un poder tirano y destructor.
Ahora somos más frágiles que antes,
dando vueltas, desconfiados,
mirando, observando a lo lejos,
heridos, maltratados, solitarios,
nos reciben sonrisas falsas y ojos escrutadores,
¿Para quién será el hay que nos puso tropiezo,
que adelantó su pie hasta hacernos resbalar?
Sentados en dominios que no les pertenece,
simples administradores de la des-gracia,
que han dejado a tantos preguntándose,
¿Quién nos hizo pedazos?
¿Hay dolor en tu corazón? porque el mío duele,
una espina profunda clavada en mi pie,
una espina de dardos, de piedades aparentes,
de palabras convenientes y bonitas, proclamadas para otros,
mas, para nosotros el silencio es evidente,
de indiferencia y marcada ironía.
Frágiles caminantes, hacia el lugar de reposo,
sin buscar lazos humanos sino divinos
de un Dios que reconstruye, que sana.
Que cobija nuestras almas temerosas,
Tu, solo Tu Dios eres confiable
Tu, solo Tu Señor, juntas los pedazos,
de estos vasos rotos, tirados por otros,
Tu, solamente Tu, nos harás mas fuertes,
y nos saciarás, llenando nuestras vidas,
Tu Dios nuestro, nos harás olvidar y perdonar,