Yo creo que el mundo se está fijando en la gente que se hace llamar cristiana. Y en mi opinión ellos no se fijan en cuántas veces vamos a la iglesia o cuántas veces cargamos nuestras Biblias.
Yo creo que ellos están observando qué clase de carácter es el que demostramos. Yo creo que ellos anhelan ver al Jesús real en nuestras vidas—algo que hará que ellos quieran tener la fe que nosotros decimos que tenemos.
Es fácil ver que el mundo está desesperado por personas con carácter piadoso—personas que harán que las cosas mejoren porque para ellos lo más importante es amar a los demás como Dios lo hace. Ahora, cuando yo digo carácter, yo estoy hablando acerca de la combinación de características piadosas que se han convertido en un hábito en nuestras vidas—es decir nuestra respuesta natural a las cosas. Por ejemplo, ya no les gritamos a los conductores que nos irritan al manejar delante de nosotros de una manera tan lenta porque hemos adquirido el hábito de orar por ellos; ya no nos ponemos ansiosos o impacientes cuando tenemos que esperar en la fila, porque hemos practicado el caminar en la paz de Dios… en otras palabras, regularmente nosotros escogemos rendir todo lo somos y tenemos a Dios y a Sus propósitos.
Una de las principales formas en que desarrollamos carácter es al esperar en Dios. Isaías 40:31 dice, los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas… (RV60). Mientras tomamos tiempo en esperar en el Señor y obedecemos consistentemente Su Palabra, renovaremos nuestra fuerza para caminar en el Espíritu como hijos de Dios imitando a nuestro Padre.
Joyce
