Solemos confundir sufrimiento con dolor cuando son dos cosas muy diferentes. El dolor es una señal del cuerpo, nos indica aquello que va mal, aquello que tenemos que atender y cambiar. Una vez atendido, una vez integrado el dolor desaparece porque ya ha cumplido su misión. Tanto en lo físico como en lo emocional el dolor es una ayuda para mantenernos en el camino de nuestro desarrollo y crecimiento. Cuando nos peleamos contra lo que es, cuando no admitimos una parte de nosotros o de los demás, cuando tratamos de que las cosas sean como nosotros queremos que sean y no como mejor nos ayudan, entonces el dolor aparece para indicarnos que nos estamos perjudicando. En la cultura en la que nos hemos educado hay una gran tendencia a evitar el dolor en vez de escucharlo, y cuando evitamos el dolor, cuando cerramos los ojos al camino de nuestra vida entonces el dolor permanece o incluso se hace más intenso, como un amigo que nos gritaría cada vez más fuerte si distraídos nos acercásemos a un precipicio.
Jesucristo habla que el sufrio y le dolio por nosotros lo hizo para hacernos libres y llenos de amor, hechando fuera el temor !!!
Jesucristo habla que el sufrio y le dolio por nosotros lo hizo para hacernos libres y llenos de amor, hechando fuera el temor !!!