Fotografía: Catalina Valencia R
Los tres tipos de asuntos.
Fíjese en el daño que le causa estar mentalmente fuera de sus asuntos. Si no está seguro, deténgase y pregúntese, "¿Mentalmente, en los asuntos de quién estoy?" Sólo hay tres tipos de asuntos en el universo: Los míos, los tuyos, y los de Dios. ¿De quién es asunto si ocurre un terremoto? De Dios. ¿De quién es asunto que su vecino tenga un césped descuidado? De su vecino. ¿De quién es asunto el que a usted le enoje que su vecino tenga un césped feo? Suyo. La vida interior es así de simple.
Los tres tipos de asuntos.
Fíjese en el daño que le causa estar mentalmente fuera de sus asuntos. Si no está seguro, deténgase y pregúntese, "¿Mentalmente, en los asuntos de quién estoy?" Sólo hay tres tipos de asuntos en el universo: Los míos, los tuyos, y los de Dios. ¿De quién es asunto si ocurre un terremoto? De Dios. ¿De quién es asunto que su vecino tenga un césped descuidado? De su vecino. ¿De quién es asunto el que a usted le enoje que su vecino tenga un césped feo? Suyo. La vida interior es así de simple.